29/12/12

Aun hay cosas que aprender


Y la aprendiz no superó al maestro, ni siquiera le hizo caso, mas cuanto daba cada paso, las lecciones iba recordando. Ecos de medianoche  susurran húmedamente en su cabeza, no grita pero golpea, no aparece pero esta presente, en los instantes fugaces, en los deslices, en los triunfos y llantos, en la intimidad y en la promiscuidad de sus pasos.


En vez de personas hay trofeos


Iba con pasos ligeros, con una sonrisa permanente. Sus anhelos fueron reconocimiento, gloria, éxito, entre sus pares exigentes, algo lapidarios. La amistad la concebía como un momento agradable, contar algunos problemas entre algunas copas, calles y música. Entre los suyos, los valores eran extraños y quizás ausentes. Cuando se encontró con ella, solo sonrió y no pensó en nada más que cumplir sus anhelos. Que importó lo demás, que importó a quien sobrepasar, sólo importó sumar otro punto, para demostrar en el juego, quien era más.


(No recuerdo la fecha exacta, pero debe haber sido escrito  hace más de 6 años)


13/12/12

Es cosa de estructura


Inamovible a tu dios. Ese dios hecho a tu semejanza. 
Creímos en la virtud, en la buena voluntad, en el triunfo de la normalidad. 

Años pudieron pasar. Lágrimas, sudores y caricias. 
Sin embargo a nuestros ojos seguiremos siendo una maldita dualidad. 
Una flamante herida y un exquisito deseo. 

Rescatado (23 de junio del 2010)


11/12/12

Esperanza

Cabizbajo, ido y herido, piensa en las mismas escenas una y otra vez,
recuerdos de tiempos dulces y amargos, añoranzas de infancia o delirios nauseabundos.
El tiempo se hace poco, las noches no más que una real y plena oscuridad, la misma que respira día a día.
Y no sabe qué decir, no sabe cómo romper, no sabe siquiera quién es.

Años de inexistencia consumen el aire y lo asfixian, perdido y desolado busca la calma, busca la calidez de su madre, busca y busca, pero no hay más camino que el conocido. ¿Habrá algún nuevo resplandor o al menos un mínimo respiro? Sin pensarlo, solo estira su mano, solo deja caer su cuerpo, solo y desnudo se recuesta, esperando que llegue el amanecer y pueda volver atrás.