16/10/11

Viejo rey


    Del encierro tortuoso a la expansión desorientada. Afuera ya nada es como antes, puedo observar colores similares, timbres igualmente vibrantes, pero ya nada es como antes. Pareciese el termino, pareciese el renacer, el salir, el latido más vivo y quemante.

    De la mano a paso firme, de pie y charlando, riendo o a veces callando, acompañada, con o sin ganas.      Todo es tan normal, tan real, tan liviano que me vuela la cabeza con sonidos superfluos, infinitos y quedo hastiada.

    El germen ya no crece, se mueve moribundo y desolado, se hace poco, con cada recuerdo aniquilado, borrado y reemplazado, pero insiste, pero penetra, pero se pega.

    Reemplazado, por unos u otros, por esperanzas furtivas y débiles, ya de los restos me hago una mezcla e intento tomarla para aplacar la realidad.

    Los días pasan, las sensaciones se alzan, pero ya no te puedo culpar, ya no alcanza para recordar.