desiertos y llanuras,
caminé hasta el hartazgo
sin rumbo claro ni profundo.
El paso fue pesando
el andar se hizo manso,
caí sin poder apoyarme
y me dormí hasta encontrar el descanso.
Entre sueños y pesares
fui observando el mundo,
me escondí y olvidé todo
mientras mis heridas seguían sangrando.
Largo tiempo resguardada
buscando la palabra negada,
en lo alto encontré la esencia
y en el llanto ahogué mi tristeza.
Las ausencias ya no se extrañaron
la marcha inventó nuevos pasos
atrás, adelante y parar,
ya no importó escuchar.
Sola y completa
fui llenando mis vacíos,
firme y segura
rechacé cada juicio inoportuno,
desnuda y ligera
comencé a crear mi ruta.
Cumbres y atardeceres
bosques y volcanes,
son mis paisajes
en este nuevo viaje.