Presagio de tiempos violentos, instinto intrínsecamente humano, ganas de ayer, capricho insostenible o acuerdo celestial.
Finalmente te encuentro, entre mucha desolación, entre aguas y olvidos, aislamiento y fe.
Sé que estás, sé que eres y sonrío al viento, inundada de recuerdos, con tu sonrisa, con tu fuerza, con tu andar, tu típico andar.
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