23/11/11

Enfermedad



    Llegaste letal, punzante y dolorosa, de forma abrupta y mordaz. Te negamos, te odiamos, te aceptamos pero aun sigues doliendo, sigues  hiriendo. Ya la vida se hizo tuya, nuestras vidas tomadas por tus manos quemantes, arrasaste con mis sueños, con mis suspiros, con la fe que me movía cada mañana.

    Me quitaste la inocencia, la dulzura de una madre que te cuida, la belleza de sentirse protegida, la calidez de un refugio propio y  duradero.

    Qué más quieres, qué más pretendes, te has llevado todo, cada gota de mi energía, cada día de su vida, cada esquema cotidiano, cada cena, cada atisbo de dignidad.

    No aceptas una tregua, no descansas, vuelves cada vez más gigante y monstruosa, más dolorosa y severa.


16/11/11

Una mirada


    Impacto de un suspiro añejo, de un recuerdo soñado mil y una veces. Cuánto imaginé este segundo, cuánto  pensé hacer, cuánto miedo y esperanza guardé.

    Paralizada y perpleja fije mis ojos en tu rostro y ya no te reconocía, no reconocía tu mirada, descifrarla, entenderla y cobijarla eran acciones del pasado que ya había olvidado.

     El dolor y  la tristeza ataron nuestras palabras, nuestros cuerpos y nuestros corazones, no fuimos capaces de expresar, no fuimos capaces de acercar, no pudimos alegrarnos, no pudimos contactarnos y solo hubo silencio, solo una mirada, solo una sensación atesorada de un ayer irrepetible.

    Y hoy comprendí que solo fue un momento de tantos, hoy no soy capaz de encontrar ni un atisbo de calor dentro de mí, hoy solo veo la enorme diferencia entre lo que fuimos ayer y lo que somos hoy, simples desconocidos.