Creí. Me inspiré y confié. Reí y jugué a los tiempos buenos, a recordar, escuchar y soñar. Perdoné e inventé nuevos mundos que compartir, nuevas formas de mirarte. Cambié ilusiones por realidades, rencores por confianza.
Y me caí, y me sentí tonta, con rabia, con rabia.
Y la angustia se fue por fin con tus palabras, con tu perturbado andar.